martes, 2 de octubre de 2012

Federico Guzmán en la Galería Mecánica, Sevilla

El don tripolar. Acrílico / lienzo, 100 cm. diámetro


Este verano, mi amigo el artista uruguayo Daniel Ybarra me ha hecho un enorme regalo 
invitándome a trabajar un mes y medio en su taller de Ginebra. En un gesto generoso y audaz, Daniel me ha enviado el pasaje y entregado las llaves de un amplio y bien acondicionado estudio en una zona industrial de la ciudad. Trabajar con Daniel en esta improvisada residencia artística en Suiza no sólo me ha rescatado de ensimismarme en los calores: me ha donado su entusiasmo en una inolvidable experiencia de diálogo y creatividad.


Así me he visto en el taller de mi amigo, iniciando una nueva expedición a lo cotidiano. Viajar aquí me da la perspectiva de una geografía del mundo y de la imaginación, un recorrido de la ciudad a la selva, y del desierto una vez más a donde siempre. Al lugar donde me pierdo desde niño, un espacio sin tiempo, pintando, haciendo trabajos manuales o simplemente tumbado boca arriba mirando las musarañas.


Pájaros de agua. Acrílico / lienzo, 100 cm. diámetro

Entre la abundancia de materiales de pintura en el taller descubrí unos tondos: un conjunto de lienzos redondos apilados en un lado, que enseguida me entusiasmaron. Trabajar en un formato circular me sugería recorrer una órbita, surfear una ola, un viaje espiral para completar un ciclo que conecta continuamente el interior con el exterior, entrando y saliendo de la experiencia personal.




Abre las hojas. Acrílico / lienzo. 50 cm. diámetro

Aprovisionado con colores acrílicos como si fueran brebajes chamánicos, me he adentrado en el círculo blanco, pintando en busca de un eje interno, un centro de gravedad, un giroscopio para navegar la oscilación recurrente hacia los extremos. Pintar todos los días me ha dado equilibrio y me ha enseñado a valorar el instante creativo y la conexión con la fuente. En un momento he recordado las memorables palabras de Francisco de Asís: “empieza haciendo lo necesario, luego haz lo posible y de pronto empezarás a hacer lo imposible”.


La planta solar. Acrílico / lienzo. 100 cm. diámetro




La recomendación del santo bien podría ilustrar la fortuna del químico suizo Albert Hofmann al descubrir la LSD. En su fascinante librito Mundo exterior, mundo interior, el científico describe la separación del individuo y el cosmos como una especie de ilusión de los sentidos. Hofmann nos cuenta que de niño, en uno de sus paseos por el bosque, experimentó durante unos minutos un estado de unión mística con la naturaleza, tras el cual permaneció una sensación de pertenencia con el entorno como nunca antes había sentido. El científico nunca olvidó aquella primera experiencia entre los bosques y la química le regaló un medio para volver a ella.



Mundo exterior, mundo interior. Acrílico / lienzo. 100 cm. diámetro

Pintando con acrílico suelo trabajar por capas. A veces es como si pelara las capas de una cebolla para llegar al interior. Así he descubierto la paradoja de que la búsqueda personal nos lleva más allá de lo personal. Dentro de la última capa de cebolla lo que hay es el universo. En palabras de otro suizo visionario, Carl Gustav Jung: “tu visión devendrá más clara solamente cuando mires dentro de tu corazón… Aquel que mira afuera, sueña. Quien mira en su interior, despierta”.





Corazón verde. Laca / espejo. 100 cm. diámetro


La piña. Acrílico / lienzo. 100 cm. diámetro



Arcoiris interior. Acrílico / lienzo. detalle


Esa mirada que fluye entre el exterior y el interior me hace pensar en aquella ampliación del adagio hermético “como arriba, es abajo” que dice “como dentro es afuera”. Me imagino una continuidad  entre el que ve y lo que es visto en un proceso compartido de visión. Para ilustrar esto podemos pensar en el arcoiris: un fenómeno físico que es privado, porque no podemos compartir un arcoiris con los demás. Cada observador ve un arcoiris diferente, aunque tengamos la ilusión de estar viendo el mismo arcoiris. No existe como algo independiente en el mundo o cómo una imagen separada de lo que es percibido: la conciencia está difundida entre la luz del sol, la lluvia, el cerebro… y genera la experiencia transitoria del arcoiris. Tal vez la métafora muchas veces utilizada del río para describir el pensamiento y la conciencia esté directamente inspirada de ese flujo que es el mundo y la interdependencia de todos los fenómenos: el Tao, sin nombrarse, se dice a sí mismo moviendo.


Arcoiris interior. Acrílico / lienzo. 100 cm. diámetro





Una rosa es una rosa es una rosa. Acrílico / lienzo. 100 cm. diámetro

Fluir con la pintura es dejarse llevar y encontrar cosas que sólo salen cuando estás plenamente presente, inmerso en la actividad.  El poeta y activista por la paz vietnamita Tich Naht Han, ha escrito sobre la importancia de la atención consciente y esa plena presencia en lo cotidiano. En un escrito explica que hay dos formas de fregar los platos: una es fregar los platos para limpiarlos, y otra es fregar los platos para fregar los platos. Según el Sutra de la Atención Mental, mientras se hace eso uno debe estar completamente atento al proceso de estar fregando. A primera vista puede parecer una tontería: ¿por qué preocuparse de algo tan simple? Pero ese es precisamente el asunto. El proceso de estar ahí lavando los platos es una realidad maravillosa, igual que pintar sin pensar en el resultado.




Células de girasol. Acrílico / papel. Detalle




Células de girasol. Acrílico / lienzo. 100 cm. diámetro

El secreto que he aprendido pintando es que el proceso de realizar nuestra obra no es algo que tengamos que sobrellevar, sino aquello donde la verdadera alegría está esperando a que la descubramos. Cualquier búsqueda artística es infinita por su propia naturaleza. Nunca llegamos a ser tan buenos como podríamos ser. La forma artística es siempre más grande que nuestra habilidad o nivel técnico. El reconocimiento de esta certeza puede servir como un despertar, la percepción liberadora de que nunca alcanzaremos el final de nuestro devenir artístico. Mientras recorremos el camino individual, construimos una relación con el espíritu de nuestro arte que continuamente revela nuevos secretos, a medida que nuestra capacidad para entenderlo se expande.

Federico Guzmán


Mundo Exterior, Mundo Interior por Federico Guzmán se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución 3.0 Unported. Basada en una obra en mundoexteriormundointerior.blogspot.com.



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